miércoles, 23 de junio de 2010

Enfoque intencional de la metáfora

El enfoque intencional se vale de una idea que hemos encontrado ya en nuestro tratamiento del emotivismo la idea de que los efectos metafóricos se liberan mediante el bloqueamiento de la interpretación normal. Como hemos visto, el emotivismo sostiene que las combinaciones metafóricas de palabras violan los supuestos vigentes respecto a las relaciones propias entre términos, interrumpiendo así las lecturas normales, y permitiendo que irrumpa el significado así las lecturas normales, y permitiendo que irrumpa el significado emotivo de las expresiones. El intencionalismo se vale de la misma noción general, pero da una razón cognitiva más que emotiva del efecto metafórico mismo: considera este efecto no como una cuestión de sentimiento, sino más bien como una genuina adscripción de propiedades. Sin embargo, su posición es que, entre las propiedades asociadas a un término, algunas son centrales, mientras que otras son meramente periféricas; y cuando las lecturas normales basadas en las propiedades centrales se encuentran bloqueadas, emergen la lecturas metafóricas, basadas en combinaciones compatibles de propiedades periféricas relevantes.
Beardsley ha desarrollado una concepción de este tipo, en la que distingue entre las características designadas y las connotadas por una palabra; las primera las considera como constituyendo el significado central, o primario, de las palabras las segundas como abarcando sus significados marginales, o secundarios. Las características designadas son características definientes, mientras que las connotadas son aquellas no designadas por la palabra en cuestión, pero que pertenecen, o “se piensa, o se dice, comúnmente que pertenecen a muchas de las cosa que denotan.
La palabra “lobo”, por ejemplo, designa ciertas características que definen una clase de animales; denota también a los animales que tienen en común tales características definitorias. Pero además de las características que los hacen lobos, muchos lobos tienen otras ciertas características, o comúnmente se cree que las tienen: fiereza, obstinación, y estirpe depredadora. Y estas características se atribuyen a los lobos en los contextos que contienen su sinónimo técnico, Canis lupus, aquellas no se les atribuye comúnmente. De manera cuando una persona usa ahora la palabra “lobo” en ciertos contextos podemos inferir que probablemente cree que las entidades a las que se refiere tienen algunas de las características connotadas por el término. Y estas características, a menos que sean exclusivas por el contexto, son parte de lo que llamo el significado pleno de la palabra, aunque no de su significado estricto, o de diccionario -es decir, de su designación.
Las propiedades connotadas son latentes, a menos que las libere el bloqueo de la interpretación normal, que se basa uniformemente en las propiedades centrales, o designadas.
Tal bloqueo tiene lugar a través de la violación de algún supuesto standard, e. g., del supuesto de consistencia, de concordancia con los supuestos conceptuales, o de compatibilidad con las verdaderas obvias. Llamar a un hombre zorro es indirectamente auto-contradictorio, porque los hombres por definición son bípedos, y los zorros cuadrúpedos, y lógicamente es imposible ser ambas cosas. Así de acuerdo, con Beardsley, el anunciado tiene que considerarse como un ejemplo de metáfora: ‘el hombre es un zorro’ dice que el hombre tiene las características connotativas por ‘zorro’. Beardsley enuncia su concepción que llama la teoría, en términos generales, tal sigue:
Una metáfora es una atribución significativa que es, o indirectamente auto-contradictoria, u obviamente falsa en su contexto, y, en el cual, el modificador connota las características que pueden ser atribuidas, verdadera o falsamente, al sujeto.
De acuerdo a Beardley, el status metafórico de una expresión es independiente del intérprete, ya que escribe.
Cuando más difícil es elaborar connotaciones del modificador que pueden atribuirse al sujeto, tanto más obscura es la metáfora –pero esto, obviamente, depende de las capacidades del lector. En la medida en que se dan tales connotaciones, es aun metáfora, aunque obscura. Pero si no se dan, no tenemos una metáfora, sino un sentimiento de tipo particular.
En cuanto a la cuestión de cuál de las connotaciones disponibles va a asignarse el significado de la metáfora en cuestión, Beardley replica que hay que incluir a todas, supuesto que no se dañe la consistencia:
El problema de interpretar la metáfora es el de decidir cuál de las connotaciones del modificador pueden adaptarse al sujeto, va que la metáfora significa todas las connotaciones que se pueden adaptar –excepto aquellas que, por no adaptarse quedan más adelante quedan eliminadas por el contexto más amplio.
Beardsley resume el proceso de explicación de la metáfora en dos principios: el que nos dice (en los casos en los que la interpretación normal está bloqueada) que apliquemos al sujeto solo aquellas connotaciones del modificador que se adapten al mismo i. e., que sean lógica y físicamente compatibles, que nos dice que todas las connotaciones que se adaptan hay que considerarlas como pertenecientes al significado de la metáfora, supuesto que se preserva la consistencia en todo el contexto.
Todas las connotaciones que puedan encontrarse como adaptadas hay que atribuirlas al poema: este significa por decirlo así, todo lo que puede significar.
Los dos principios planteados por Beardsley pretenden construir una logica se explicacion. Al igual al enfoque formular, que hemos caracterizado como basándose de modo especifico en un principio de similitud, o de semejanza, el enfoque intencional presenta un método de interpretación. ¿Cómo esta, pues, en relación al intuicionismo? ¿Rechaza, en particular, la posición de la anti-formula?
El enfoque intuicionista insiste en que no hay formula alguna para derivar el significado de una metáfora a partir de los significados literales de sus constituyéndose, apoyándose, en último lugar, tal como hemos expuesto, en el reconocimiento del rol de la ingenuidad en la interpretación de las expresiones metafóricas. El enfoque intencional ofrece, en efecto, un método, pero no pretende ofrecer una formula del tipo de formula rechazado por el intuicionismo.
Por un lado, el método opera no sobre los significados literales (i. e., primarios), sino sobre los connotativos de los constituyentes; además, no puede suponerse que estos significados connotativos se encuentren inmediatamente a disposición del interprete: En principio, requieren una búsqueda empírica. Por otro lado, los significados connotativos a obtener de modo determinado no pueden aplicarse directamente al sujeto; hay que filtrarlos, no solopm por coherencia lógica, sino también por compatibilidad con las leyes físicas. Finalmente, el método no promete una especificación rutinaria del significado metafórico de una expresión, sino que ofrece sólo guiar el desarrollo de hipótesis respecto de un tal significado. Como escribe Beardsley, los distintos lectores de un poema pueden:
Abordarlo desde ángulos distintos, de manera que cada uno encuentra cosas que a los otros se les ha escapado… La propuesta de una explicación pude considerarse como una hipótesis a probar por su capacidad de explicar la mayor cantidad de datos en las palabras del poema –incluyendo sus connotaciones potenciales…
Es así como el intensionalismo confía en hacer justicia a ambas cosas, al a oposición intuicionista a la formula, y a la insistencia del enfoque formular en que la interpretación metafórica se explique como un proceso basado en principios. la matafora como dice Bearseley aumenta los recursos de nuestro lenguaje. Pero la metafora con todo, es analizable.

domingo, 13 de junio de 2010

FACULTAD DE EDUCACION CONSEJO DE FACULTAD

Del comunicado dado por el doctor Carlos Barriga Hernandez a raíz de la publicación de la ley numero 29510 que permite a cualquier profesional ejercer la docencia sin formación pedagógica.
Puede decir que estoy a favor con lo que expresa en el comunicado, ya que como es posible que las autoridades crean, según ellos, que para mejorar la educción se necesita especialistas en la materia para que así llege los conocimientos más al detalle, por así decirlo, al aprendiz.
Es cierto que es necesario conocer bien la materia para enseñarla; pero no es el único requisito, ya que es necesario saber como poder transmitir ese conocimiento de manera comprensible para que los alumnos adquieran ese conocimiento. Pero se debe saber que el educando no es un mero transmitidor de conocimientos, sino que también es un formador integral de los alumnos que esta a su cargo.
Lo que da entender el doctor Barriga en el comunicado no es el hecho que no este de acuerdo con la propuesta que cualquier profesional pueda ejercer docencia, sino que el sugiere que cualquier profesional que quiera ejercer docencia debería primero tener un preparación pedagógica, ya que a mi parecer es sumamente importante que la persona que va a impartir conocimientos sepa llegar a sus alumnos de manera clara y que también sea una persona que fomente la formación de valores en sus educandos; ya que se esta buscando la formación integral del individuo.